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文档简介

1、stephen kingescribiendo como richard bachmanel fugitivoediciones martnez roca, s. a.ttulo original: the running manpublicado por the new american library, inc. nueva york.traduccin de hernn sabat 1982 by richard bachman 1986, ediciones martnez roca, s. a. gran va, 774, 708013 barcelona isbn 84270103

2、11depsito legal b. 16.1971986impreso por diagrfic, s. a.constitucin, 1908014 barcelonaimpreso en espaa printed in spainstephen king habla sobre las novelas que public con el seudnimo de richard bachmanentre 1977 y 1984 publiqu cinco novelas con el seudnimo de richard bachman acaba de confesar stephe

3、n king. hubo dos razones por las cuales al fin me relacionaron con bachman: en primer lugar, porque los cuatro libros iniciales estaban dedicados a personas muy prximas a m, y en segundo lugar porque mi nombre apareci en los formularios del registro de propiedad de uno de los libros. ahora la gente

4、me pregunta por qu lo hice, y aparentemente no tengo respuestas muy satisfactorias. por suerte, no he matado a nadie, verdad?mientras king firmaba unas novelas con su nombre autntico, y otras con un seudnimo, tambin tena conciencia de que su promedio de obras publicadas superaba los lmites de lo nor

5、mal. en el prlogo que escribi para una edicin conjunta de cuatro novelas de richard bachman, stephen king explic: las cifras haban llegado a una cota muy elevada. eso influy. a veces me siento como si hubiera plantado un modesto paquete de palabras y hubiese visto crecer una especie de planta mgica.

6、 o un jardn descontrolado de libros (ms de cuarenta millones de ejemplares en circulacin!, como se complace en proclamar mi editor).king ha adjudicado precisamente a su editor el nacimiento de richard bachman, y lo ha hecho con una alegora tpicamente hilarante y desenfadada: yo no crea estar saturan

7、do el mercado como stephen king., pero mis editores s lo pensaban. bachman se convirti en un elemento de transaccin, para ellos y para m. mis editores de stephen king se comportaron como una esposa frgida que slo desea entregarse una o dos veces al ao, y que le pide a su marido permanentemente cacho

8、ndo que se busque una prostituta de lujo. era a bachman a quien yo recurra cuando necesitaba desahogarme. sin embargo, eso no explica por qu experimentaba la incesante necesidad de publicar lo que escriba aunque no precisara dinero.stephen king considera que sus novelas firmadas con seudnimo son sin

9、ceras: por lo menos, las escrib con el corazn, y con una energa que ahora slo puedo imaginar en sueos. y aade, para terminar, que quizs habra publicado las cinco novelas con su propio nombre si hubiera conocido un poco mejor el mundo editorial. slo las publiqu entonces (y permito que se reediten aho

10、ra) porque siguen siendo mis amigas. menos 100y contando.la mujer estudi el termmetro bajo la luz blanquecina que se colaba por la ventana. ms all de sta, entre la llovizna, se alzaban los dems rascacielos de viviendas de co-op city, como las grises torres de vigilancia de un penal. abajo, en el hue

11、co de ventilacin, las cuerdas de tender la ropa se arqueaban bajo el peso de los harapos recin lavados. entre la basura merodeaban ratas y rollizos gatos callejeros.la mujer se volvi hacia su marido, que estaba sentado a la mesa contemplando la libre-visin en actitud de constante e inexpresiva conce

12、ntracin. no era normal en l. llevaba semanas sentado ante el aparato, cuando lo odiaba. siempre lo haba odiado. naturalmente, en cada piso deba haber un libre-visor lo deca la ley, pero todava era legal desconectarlo. la ley de prestacin obligatoria de 2021 no haba conseguido la mayora necesaria, de

13、 dos tercios, por seis votos. habitualmente, nunca miraban los programas. sin embargo, desde que cathy se haba puesto enferma, el hombre no haba hecho ms que seguir, uno tras otro, todos los concursos con grandes premios en metlico. y esa actitud llenaba de temor a la mujer.detrs de los chillidos ap

14、remiantes del locutor que narraba el ltimo boletn de noticias en el intermedio, los gemidos de cathy, febriles a causa de la gripe, llegaban hasta la pareja incesantemente. cmo est? pregunt richards.no muy mal.no me vengas con historias, sheila.tiene cuarenta de fiebre dijo la mujer.richards descarg

15、 ambos puos sobre la mesa. un plato de plstico salt de ella y volvi a caer con estrpito. conseguiremos un mdico dijo su mujer. intenta no preocuparte demasiado y escucha.la mujer se puso a parlotear frenticamente para distraerle, pero el hombre ya se haba concentrado de nuevo en la libre-visin. el i

16、ntermedio haba terminado y el concurso se reanudaba. no era uno de los grandes, naturalmente, sino un jueguecito diurno de premios poco importantes que se titulaba caminando hacia los billetes. slo se admita en l a enfermos cardiacos, hepticos o pulmonares crnicos, entre los que se intercalaba a vec

17、es a un disminuido fsico para aliviar algo la tensin con un poco de comicidad. el concursante deba avanzar por una cinta continua a un ritmo determinado, al tiempo que mantena una incesante conversacin con el presentador y maestro de ceremonias. por cada minuto que caminaba, consegua diez dlares. ca

18、da dos minutos, el presentador haca una pregunta extra sobre el tema seleccionado por el concursante (el actual, un tipo de hackensack aquejado de un soplo cardiaco, era un erudito en historia norteamericana), que valla 50 dlares. si el concursante mareado, jadeando, con el corazn hacindole raras ca

19、briolas en el pecho fallaba la respuesta, se le deducan los 50 dlares de sus ganancias y se aceleraba la cinta continua.todo saldr bien, ben. ya lo vers. de verdad. yo. t qu? el hombre la mir con aire furioso. saldrs a hacerte la calle? eso se acab, sheila. cathy necesita un mdico de verdad. se acab

20、aron esas curanderas de escalera con sus manos sucias y su aliento apestando a whisky. necesita todo ese equipo moderno, y voy a conseguirlo.ben cruz la estancia con la mirada fija, casi hipnotizada, en el aparato, asegurado con tornillos a una de las desconchadas paredes de la sala, encima del freg

21、adero. asi su chaqueta de algodn barato del colgador y se la puso con gestos malhumorados. no! no lo consentir.! grit ella t no irs a.! por qu no? al menos, as te darn un puado de dlares antiguos como responsable de una familia sin padre. sea como fuere, tendrs lo suficiente para que cathy pueda sal

22、ir de sta. la mujer nunca haba sido guapa, y durante los aos en que su marido no haba trabajado, se haba quedado en los huesos; sin embargo, en aquel instante tena un aire hermoso, arrogante.no aceptar el dinero replic. cuando pase el vendedor, le comprar un retal de tela de dos dlares y dejar que s

23、e largue con esos malditos billetes ensangrentados en el bolsillo. acaso crees que podra aprovecharme de mi hombre?ben se volvi hacia ella con gesto hosco y seco, asindose a algo que le haca reservarse, algo invisible que la cadena de libre-visin haba calculado despiadadamente. ben era un dinosaurio

24、 de su tiempo. no uno de los grandes pero, cuando menos, constitua un atavismo, un estorbo. un peligro, quizs. las grandes nubes condensan a su alrededor las partculas ms pequeas. acaso quieres verla en una fosa comn para indigentes? respondi mientras haca un gesto con la mano, indicando el dormitor

25、io de la pequea. te atrae esa idea?a la mujer slo le qued el recurso de las lgrimas. sus facciones tomaron un aire trgico y doliente.ben musit, eso es lo que pretenden de gente como nosotros, como t.quiz no me acepten replic l mientras abra la puerta. quiz no tengo lo que ellos buscan.si te vas, aca

26、barn contigo. y yo estar aqu, vindolo. de veras quieres que me siente con cathy en esa habitacin de ah para verte?la mujer hablaba entre sollozos, con frases apenas coherentes.lo que quiero es que cathy siga con vida dijo l.intent cerrar la puerta, pero ella interpuso su cuerpo.entonces, dame un bes

27、o antes de irte musit.ben la bes. en el otro extremo del rellano la seora jenner abri la puerta y asom la cabeza. lleg hasta ellos el apetitoso aroma de un guisado de ternera y col, tentador y exasperante. la seora jenner se ganaba bien la vida. trabajaba de dependienta en una farmacia y tena un ojo

28、 casi milagroso para descubrir a los portadores de tarjetas de crdito ilegales. aceptars el dinero? pregunt ben richards. no hars ninguna estupidez, verdad?lo aceptar susurr ella. sabes muy bien que lo aceptar.el hombre la abraz torpemente. despus se volvi con rapidez, sin gracia, y desapareci por l

29、a escalera, apenas iluminada y terriblemente resbaladiza.ella permaneci junto a la puerta, presa de mudos sollozos, hasta que oy cerrarse la puerta de la calle, cinco pisos ms abajo. despus se llev el delantal a los ojos. todava llevaba en la mano el termmetro que haba utilizado para tomar la temper

30、atura a la nia. la seora jenner se le acerc en silencio y trat de quitarle el delantal de la cara.querida susurr, yo te pondr en contacto con el mercado negro de penicilina cuando tengas el dinero. muy barato y de buena calidad. lrguese! grit ella.la seora jenner retrocedi, al tiempo que levantaba i

31、nstintivamente el labio superior, dejando a la vista los escasos dientes ennegrecidos que le quedaban.slo pretenda ayudar murmur, antes de escabullirse de nuevo en su piso.los gemidos de cathy continuaban, apenas amortiguados por el delgado tabique de plastimadera. el aparato de libre-visin de la se

32、ora jenner se dejaba or desde el piso contiguo. el concursante de caminando hacia los billetes acababa de fallar una pregunta extra y, simultneamente, haba sufrido un ataque cardiaco. ahora, su cuerpo era retirado del escenario en una camilla, entre los aplausos del pblico.la seora jenner apunt el n

33、ombre de sheila en una libreta mientras alzaba y bajaba el labio superior rtmicamente.ya veremos murmur, hablando consigo misma. ya veremos, seorita perfumada.cerr la libreta con gesto rencoroso y se acomod para contemplar el siguiente concurso. menos 099y contando.cuando ben richards lleg a la call

34、e, la llovizna se haba convertido en un intenso chaparrn. el gran termmetro del anuncio al otro lado de la calle fume dokes con pasin para una divertida alucinacin marcaba 10 c. (la temperatura ideal para encender un doke. hasta el ensimo grado.) eso significaba apenas quince en el piso. y cathy ten

35、a la gripe.una rata merodeaba ociosa y miserable entre el asfalto agrietado y abombado de la calzada. al otro lado de sta, el esqueleto viejo y oxidado de un humber modelo 2013 permaneca apoyado sobre sus desvencijados ejes. el coche haba sido desmantelado totalmente; hasta le faltaban los cojinetes

36、 del volante y los soportes del motor, pero la polica no haba retirado el vehculo. la polica apenas se aventuraba ya al sur del canal. co-op city se alzaba como una enorme ratonera plagada de aparcamientos, tiendas desiertas, centros comerciales y campos de juego asfaltados. las bandas motorizadas i

37、mponan su ley en las calles, y todas las noticias de los telediarios sobre las intrpidas patrullas ciudadanas de la polica en ciudad sur no eran ms que un montn de mierda. las calles estaban silenciosas, fantasmagricas. si uno sala de casa, tena que tomar el neumobs o llevar un rodillo de gas.apret

38、el paso sin mirar a su alrededor, sin pensar siquiera. el aire era denso y cargado de azufre. cuatro motos pasaron junto a l con un rugido y alguien le lanz un pedazo de asfalto arrancado del pavimento. richards busc refugio rpidamente. dos neumobuses pasaron junto a l y not el torbellino del aire e

39、n el rostro como una bofetada. sin embargo, no les hizo ninguna seal para que se detuvieran. ya no le quedaba nada de la asignacin semanal de veinte dlares por desempleo (en dlares antiguos). no tena dinero para el billete, y supuso que los merodeadores callejeros se daran cuenta de que era ms pobre

40、 que una rata. nadie ms le molest mientras caminaba.rascacielos, urbanizaciones, verjas cerradas con cadenas, aparcamientos vacos salvo por los restos de algn coche destripado, palabras obscenas garabateadas con tiza en el asfalto, que ahora la lluvia se encargaba de borrar. ventanas con los cristal

41、es rotos, ratas, bolsas de basura mojadas esparcidas por las aceras y los bordillos. pintadas escritas aqu y all sobre las paredes grises y ruinosas: blanquito, no vengas a tomar el sol aqu. los hombres fuman dokes. tu madre es una piojosa. tcate el pito. tommy vende droga. hitler era cojonudo. mary

42、. sid. muerte a todos los judos. las viejas farolas de sodio de la general atomics, instaladas en los aos setenta, haban sido rotas a pedradas mucho tiempo atrs, y ningn tcnico vendra a repararlas, pues ahora slo trabajaban para quienes disponan de nuevos dlares-crditos. los tcnicos no salan del cen

43、tro de la ciudad. los barrios altos eran otra cosa. en cambio, en co-op city todo permaneca en silencio salvo por los suspiros de los neumobuses que pasaban y por el eco de las pisadas de ben richards. el campo de batalla que constituan las calles slo se iluminaba por la noche. de da era apenas una

44、extensin gris, desierta y silenciosa que no presentaba ms movimiento que el de los gatos, las ratas y los grandes gusanos blancos que se cebaban en las bolsas de basura. no haba ms olor que el aire ftido y malsano de aquel feliz ao 2025. los cables de libre-visin estaban enterrados bajo las calles,

45、a salvo de los vndalos, y slo a un idiota o a un revolucionario se le ocurrira intentar sabotearlos. la libre-visin era el pan de cada da, la materia que compona los sueos. una papelina de scag costaba doce dlares antiguos y una pldora de push californiano costaba veinte, mientras que la libre-visin

46、 le drogaba a uno gratis. all lejos, al otro lado del canal, la mquina de los sueos funcionaba veinticuatro horas al da., pero a base de dlares nuevos, que slo podan conseguir quienes tenan un empleo. en co-op city, a este lado del canal, se hacinaban otros cuatro millones de personas, casi todas el

47、las desempleadas.ben richards anduvo ms de cinco kilmetros y las espordicas tiendas de bebidas alcohlicas y de tabacos al principio provistas de slidas rejas se hicieron muy numerosas. despus venan los locales clasificados x (24 perversiones! cuntelas: 24!), las tiendas de empeo y los emporios de la

48、 sangre. las esquinas estaban tomadas por los grupos de motoristas con sus mquinas, y todo el barrio apareca cubierto de colillas de cigarrillos de marihuana. los ricos fumaban dokes.por fin, alcanz a divisar los rascacielos que se alzaban hasta las nubes, interminables e impresionantes. el ms alto

49、de todos los edificios era el de la cadena de libre-visin, donde se desarrollaban los concursos. tena cien pisos de altura, y la mitad superior quedaba oculta por un velo de nubes y contaminacin urbana. ben richards fij sus ojos en el edificio y avanz otro kilmetro.all, los cines de pelculas porno e

50、ran ms caros, y las tiendas de tabacos y drogas carecan de rejas (aunque a la entrada solan deambular los vigilantes privados de las agencias de seguridad, con las porras elctricas colgando de sus cinturones). y en cada esquina montaba guardia un polica municipal. lleg frente al parque de la fuente

51、del pueblo. la entrada costaba 75 centavos. madres bien vestidas vigilaban a sus pequeos mientras stos retozaban en el astrocsped tras la verja cerrada con cadenas. a cada lado de la verja haba un polica. richards ech una breve y pattica mirada a la fuente.despus, cruz el canal.cuando estuvo ms cerc

52、a del edificio de la cadena, ste fue hacindose ms y ms alto, casi inconcebiblemente elevado, con sus hileras impersonales de innumerables ventanas, cada una de las cuales perteneca a un despacho. los policas le observaron, dispuestos a ahuyentarle o detenerle si intentaba pedir limosna. all, en la p

53、arte alta de la ciudad, los tipos como l, con sus gastados pantalones grises, su corte de pelo barato y sus ojos hundidos, slo tenan un propsito: llegar al edificio de la cadena para participar en algn concurso.los exmenes calificadores empezaban justo a medioda. cuando ben richards lleg hasta el lt

54、imo hombre de la cola, se encontr casi a la sombra del edificio de la cadena. sin embargo, la entrada a ste quedaba todava a ms de un kilmetro, a nueve calles de distancia. la cola se extenda ante l como una serpiente interminable. pronto, otros individuos se unieron a ella detrs de richards. la pol

55、ica les observaba con las manos posadas en las culatas de sus pistolas o en sus porras elctricas. los agentes sonrean con aire de superioridad y desdn. eh, frank!, no te parece que ese tipo es un bobo? a m me da toda la impresin de que lo es.uno de ah delante me ha preguntado dnde poda encontrar un

56、retrete. te imaginas?esos hijos de perra no.mataran a su propia madre por.apestaba como si no se hubiera baado desde.siempre he dicho que no hay nada como un espectculo de gente rara.al cabo de un rato, la cola se puso en movimiento y todos empezaron a avanzar arrastrando los pies, con las cabezas h

57、undidas para protegerse de la lluvia. menos 098y contando.eran ms de las cuatro cuando ben richards lleg hasta el mostrador principal, y all le indicaron que se dirigiera al mostrador nmero 9 (letras qr). la mujer sentada tras el mismo tena un aspecto cansado, cruel e impersonal. levant la mirada hacia ben y empez a hacerle preguntas sin prestarle apenas aten

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